Diario #3
Junio, fragmentado en
varios pedazos.
Manifiesto de la resistencia Humana.
Los humanos somos
criaturas complejas, extrañas, muchas veces incomprensibles.
En un ejercicio
imaginativo de la esencia del ser humano, más allá de su carne, nos imagino como
criaturas remendadas de muchas otras criaturas con cabezas de hienas, brazos de
plantas enredaderas, manos de tenazas, múltiples garras, picos con ocicos,
figuras multiformes y hasta deformadas.
Sabemos de humanos
atroces que se han entregado al despotismo, que se manchan las manos de sangre
por un poco de placer personal, aberraciones, crímenes contra su propia
especie, masacres, asesinaos, violaciones, abuso de poder y un sin número de
atrocidades. Por el contrario, también han existido humanos que buscan
insaciablemente la libertad de su especie, libertades creativas por medio de la
ciencia y el arte, humanos que con su inteligencia e ingenio han logrado palpar
y romper el límite de la humanidad para consigo misma, llevándola a una fluidez
de transformación creativa.
El ser humano es una
multiplicidad de caras en un mismo rostro, es un infinito de posibilidades, la
criatura de rostros infinitos. El humano es un modelo único en su especie sin humanidad, el cuento del mundo se cuenta con los sonidos alegres de la lejanía mientras la vida se apaga se desaparece, y en la comodidad de una maquina a la que se le pueden cambiar los accesorios olvidamos, olvidamos que adentro reposa un mundo sellado que ruge ser escuchado.
Para hablar de la
resistencia humana hay que hablar necesariamente de una lucha interior, con uno
mismo, con los organismos que componen todas esas caras, con las voces de
adentro. La resistencia humana se convierte en la búsqueda de la voz interior,
desencrintándola y depurándola de todas las voces internas que nos han impuesto
y se han logrado colar en esos lugares tan intimos de nuestra humanidad.
La resistencia se
convierte en evitar distraerse para poder conocerse.
La resistencia
empieza con el auto escucha y el discernimiento de la identidad propia, al
saber que y quien somos nos podemos permitir actuar en la realidad instantánea,
en el presente de la mano con nuestro yo real, de esa forma, podemos resistir a
los discursos que nos quieren imponer y moldear, de esa forma podemos
fortalecernos para ser impenetrables ante los sutiles mecanismos de imposición.
La resistencia
humana es también no olvidar nuestra humanidad, quedarnos con nuestros pasos de
animales, nuestro pasado mas primitivo y no permitirnos ceder ante los órganos
de ojalata en los que nos quieren convertir, no robotizarnos, no maquinizarnos como hormigas
encadenadas a un charco, que cada día se nos escurren los escupitajos en la cara y
creemos que son lágrimas, encadenados a la repetición, al acero entre las
pieles, a la carne convirtiéndose en metal oxidado, maquinas individuales que
se preocupan únicamente por el brillo de sus lentes, no se reconocen en otros
metales que no sea el propio, se olvida escuchar los sonidos de un instrumento,
se cambia por el sonido del martillo en el cráneo, sentados miramos la película
y esperamos a que prendan las luces, las luces queman y acaban con los
espectadores antes de que caiga el telón.
La resistencia humana, como hemos conversado en este espacio sobre las propuestas y aquellos pensamientos de mujeres que resisten, se encuentra en despejar nuestro cielo interno y ver y escuchar con claridad nuestros propios pensamientos, para no herrar creyendo que pensamos lo que nos dicen que pensemos, para no creer en discursos dogmaticos religiosos o imponentes que pretenden invisivilizar nuestras capacidades, que pretenden imponer una falta de poder que existe.
La resistencia esta en nuestras ideas
LA resistencia esta en nuestros cuerpos
La resistencia esta en nuestros afectos
la resistencia esta en habitar el mundo desde nuestra visión
la resistencia esta en la conciencia de que todo acto individual es un acto con poder
la resistencia esta en escuchar
la resistencia esta en el no silencio
la resistencia esta en no imponer
la resistencia esta en no ceder a las distracciones
la resistencia esta en escucharnos continuamente
En esta eterna noche
no se le escribe, ni se le canta, ni se les toca a los humanos, esto es para la
humanidad que ahogada en el caliente y metálico gris, entre sonidos híbridos
busca ser escuchada, los tambores y brazos se agitan y las alas se extienden,
se cierran los ojos y se toca el aire caliente que derrite la cera que nos
cubre.
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